Empezamos nuestro seminario de enero aprendiendo qué información nos da la manera en que nuestros clientes y nosotros mismos nos relacionamos con el tiempo.
Esta relación con el tiempo, nos da una pista importante sobre cuál es la personalidad defensiva de nuestro cliente. Y con ella, mucha información sobre cuál es su herida, la edad a la que se formó, cuáles son sus bloqueos, anhelos, dificultades y creencias limitantes. Descubrir esta información es clave para comprender a nuestro cliente a un nivel profundo y entender qué respuesta curativa necesita para florecer.
¿Cómo te relacionas tú con el tiempo?
¿Te suena algo de esto?
La gestión del tiempo, siempre fue un problema para mí. Tenía serias dificultades para gestionarlo, ser consciente de él. Me generaba mucho stress cumplir con un horario. Ser capaz de coger un autobús que pasaba solo cada hora fue la prueba de fuego; aún recuerdo las carreras matutinas pueblo abajo.
He mejorado bastante con la gestión del tiempo, sin embargo, recientemente he podido ponerle nombre a otro obstáculo en mi camino:
Mi querida amiga RESISTENCIA
Photo by Hudson Marques from Pexels
![]() |
Mi querida amiga RESISTENCIA, se muestra en varias formas y colores.
Ralentizando y controlando el tiempo. ¿Sabes cuando tienes una fecha límite para entregar un trabajo y una parte de ti quiere hacer cualquier cosa, menos ponerse a trabajar?
Pues bien, he descubierto que ahí estoy siendo pasivo-agresiva. Interesante eh?
Es una respuesta habitual a la herida de la personalidad Masoquista, cuando has sido muy controlad@ cuando eras niñ@ o te obligar@n a hacer cosas que no querías hacer.
Lo que me ha alucinado y me ha dado una pista importante para sanar mi lucha interna, fué lo que me explicó Muriel en nuestra última sesión.
Esta defensa, no solo se va a defender de las “ordenes” que llegan de fuera, también lo hace de cualquier intención interna que sienta como un mandato.
Saber que tienes el enemigo en casa es duro, pero al menos ahora puedo hacer las paces con la lucha que me acompañó durante tanto tiempo.
Si me planteaba establecer una nueva rutina para meditar más, comer más sano o hacer más ejercicio, esa parte de mí me vencía a mi misma.
Se sentía como esos dibujos en los que te habla un angelito por un oído, y un demonio por el otro. Mientras más fuerte era mi empeño de establecer una nueva rutina, más violenta era la fuerza que me tumbaba.
La creencia de que yo era débil y que no tenía voluntad se fortalecía y me sentía mal conmigo misma.
Ahora que entiendo de dónde viene esa lucha, cuál es la herida que hace reaccionar a esa defensa, tengo la clave para empezar a sanarla. Sé que eso estará conmigo durante algún tiempo, quizás para siempre, pero ahora sé, que necesito escuchar a esa parte rebelde que habita en mí. Entenderla, aceptarla, amarla y dejar que se exprese totalmente en algunas ocasiones, en vez de estar juzgándola y reprimiéndola.
Al fin y al cabo, nuestras defensas se crearon cuando éramos muy pequeños. Cuando mi niña quiere rebelarse, no hacer nada o hacer algo que le guste, le doy conscientemente espacio para que lo haga totalmente durante algún tiempo
Solo tengo un hijo, pero imagino cómo debe ser tener dos o más y cómo acompañarlos cuando quieren hacer cosas opuestas. <3
Hicimos un trabajo previo en el que valoramos nuestra vida: la línea del tiempo.
Recordamos y escribimos los momentos más importantes de nuestra vida, y las relaciones que más nos han impactado y han sido más importante para nosotros, desde el momento presente hasta la infancia o viceversa.
Durante la walking meditation, o meditación caminando, con cada paso que dábamos, íbamos conectando con esos momentos importantes de nuestras vidas y respirando con una técnica shamánica, como forma de procesar nuestra historia.
Conectar con recuerdos de la infancia fue algo nuevo para mí, y me alegró poder hacerlo. Hasta ese momento no había podido, había algo que se cerraba en mí.
Esta vez conecté con vivencias difíciles, respiraba y las dejaba marchar.
Conecté con una parte profunda en mí, y se activó mi defensa oral. Me sentí muy vulnerable y me incomodaba sentirme así.
Volví a sentir que no encajaba, y aunque esta vez sabía que no era real, me asustó volver a ese patrón que había podido superar durante el curso anterior.
El grupo me ayudó a tolerar esas partes de mí que me costaba aceptar. Y a encontrar la respuesta curativa.
Mis compañeras me acompañaron y a través del proceso de las 9 fases de Transformación, pude hacerme consciente de que no aceptaba esa parte de mí necesitada, me avergonzaba y la había estado rechazando durante mucho tiempo. Esta vez, utilizamos la técnica Hawaiana del Hoponopono y le pedí perdón a esa parte de mí a la que había estado rechazando. Fui capaz de entender lo que me aportaba. Pude darle las gracias de corazón y decirle sinceramente que la amo.
En el ejercicio previo a la Walking Meditation, también recordamos a las personas que nos habían impactado y a las personas a las que habíamos impactado nosotros.
En mi caso, me fue fácil reconocer a las personas que me habían influenciado, pero me resultó difícil nombrar a las personas a las que yo había impactado de algún modo.
Como dijo Muriel, es importante ser consciente no solo del impacto que los demás dejan en mí, también del impacto que yo ejerzo en los demás. Cada uno de nosotros tenemos el poder de crear un impacto en los demás. ¿Cómo queremos usar ese poder? ¿Cómo quiero impactar en mi entorno? ¿Deseo hacerlo desde mi parte defensiva o desde mi esencia?
¿Conoces la meditación Hoponopono?
Se trata de hacer una simple práctica cuando tienes un conflicto con alguna persona o situación en la que dices para ti:
Lo siento
Por favor perdóname
Gracias
Te amo
Esta simple meditación ayuda a soltar y a perdonar.
La conocía y la había usado en algunas ocasiones, pero nunca la había utilizado como hicimos en este seminario, para pedir perdón y agradecerme a mi misma y a mi propio cuerpo. La meditación de Muriel comenzaba así:
Te amo
Me amo
Amo
Soy amor
“Solo puedes amar a los demás en la medida en que te amas a ti mismo”
Esta frase aún resuena en mi cabeza. La había oído antes, pero creo que cada vez entiendo mejor lo que realmente significa.